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Nuestra historia

La mantequería Mathot-SOFRA se fundó en 1948, cuando Arthur Mathot recorría en bicicleta la campiña del Condroz en busca de mantequilla y huevos de granja para abastecer a las tiendas de comestibles y panaderías locales.  Con la ayuda de su esposa, Marie-Josée Hubesch, el negocio se desarrolló gradualmente.  

Gracias al amasado, una técnica que se remonta al siglo XIX, desarrollaron juntos una mantequilla única con una textura suave y aterciopelada que aún se utiliza hoy en día en nuestras diversas recetas y que hace que nuestra mantequilla sea tan apreciada en todo el mundo.

Con el paso de los años, seis de los siete hermanos se incorporaron al equipo y fueron asumiendo el desarrollo y la gestión de la empresa. 

Gracias a su experiencia en el mercado de los productos lácteos, la segunda generación decidió relanzar la producción de queso de Rochefort, abandonada por los monjes trapenses 30 años antes, en unas nuevas instalaciones situadas a pocos metros de la Abadía de Notre-Dame de Saint-Remy.

Con sus aproximadamente 45 colaboradores, la mantequería y la quesería siguen siendo familiares y no pertenecen a ningún grupo industrial. Son 100 % belgas y autónomos.  Así, participan plenamente en la vida socioeconómica del país.

Gracias a la calidad constante de sus productos, a su gestión administrativa y de servicio, a su estabilidad financiera y a su respeto por las normas de higiene alimentaria, la empresa Mathot-SOFRA representa un socio de referencia para sus compras de mantequilla y queso y se esfuerza cada día por seguir siéndolo.

Todo el proceso de producción se supervisa constantemente, desde la recepción de las materias primas, pasando por la transformación, la limpieza de las máquinas en circuito cerrado, el almacenamiento de los productos acabados y el transporte.

Para fidelizar a sus clientes, ofrézcales productos de calidad

Elija Mathot-Sofra.

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